VAD deep words
No ha sido fácil, y cuando digo esto, no lo digo por decir o
por exagerar.
Mucha gente puede decir que me entiende, que lo que hago
conlleva mucho esfuerzo. Pero no me refiero a eso cuando digo que ha sido duro.
No me refiero a la gente que me lo ha puesto o que a día de hoy continúa poniéndomelo
difícil. No me refiero a esos momentos duros al escribir sobre ciertas cosas. A
esos momentos en los que he tenido que detenerme, con lagrimas en los ojos,
porque finalmente el sentimiento me ayudaba a crear algo con mas fuerza, algo
autentico, algo real.
Escribir, para mí, no es solo coger un pedazo de papel y un bolígrafo
y escribir algunas frases picantes. Es mi vida. Escribir, para mí, es como una
terapia “no agresiva”. Una manera de dejar salir de mi mente y de mi corazón ciertos
pensamientos, ciertos sentimientos… Una manera de aligerar el peso que cargo en
silencio.
Diría que me sorprende que haya personas capaces de intentar
silenciarme a cualquier precio, pero mentiría, lo cual no significa que no me
duela. Aun así, me gustaría agradecerles. No me he vuelto loca, mi razón para agradecer
sus “trampas” es simple. Cuando solo quedan dos opciones, caer o superar el obstáculo,
me siento obligada conmigo misma, a volverme mas fuerte, de hacerme mas grande.
Y si en algún momento había llegado a pensar en callar y dejarlos ganar, se me
pasa y entonces lo que quiero mas que nunca es ser oída.
Cada “cosa” que creo, tiene parte de mí, de mi alma, de mis
emociones… Al final, cada uno las interpreta a su manera, pero para mí, tienen
un significado mas profundo. Para mí, es diferente, más profundo. Para mi es superación,
es fuerza, es valor, es honestidad, es ganar, pero también perder. A veces nos
damos cuenta tarde de cómo es realmente la burbuja en la que vivimos y cuando
tratamos de romperla y liberarnos, perdemos a personas que considerábamos maravillosas,
pero que simplemente, eran manipuladoras. Todo era ilusión, una fantasía creada
para hacernos creer justo lo que desean, y cierran nuestros ojos de manera que
casi ni lo percibimos bueno, a la realidad. No es fácil ser consciente de que
estas siendo manipulado, cohibido, o incluso, de alguna manera, intimidado. He
aprendido a ganar, pero, sobre todo, he aprendido a perder. Puedo decir esto. A
veces es necesario perder algo que considerábamos bueno para ganar algo que
realmente lo es.
Algo que me arrebataron hace mucho, fue mi voz, y no ha sido
hasta hace relativamente poco, he conseguido recuperarla. Confieso que lloré
como pequeña al oír mi voz de nuevo, después de tantísimo tiempo. Yo sabía que existía,
sabía como sonaba, pero ya casi ni la podía recordar. Ahora mi voz es mas clara
que nunca. Mis palabras son mas directas que nunca. Ahora ya no voy a permitir
por nada que vuelvan a silenciarme. Nunca.
Cuando oigáis aullar al lobo, será mi voz. Cuando oigáis el
sonido de la lluvia, será mi voz. Cuando oigáis los truenos, esa, también será mi
voz. El sonido de la más suave brisa, será mi voz. Cuando menos lo esperéis,
donde menos lo esperéis, oiréis mi voz, y todas esas personas “nocivas”, sentirán
esa corriente de electricidad recorrer su espina dorsal. Porque sabrán que, su
mala intención, para mí, fue una buena lección.
Comentarios
Publicar un comentario